El PIB de Euskadi creció un 5,5% el año pasado sin compensar el zarpazo del -9,9% de 2020


El dato queda por debajo de las previsiones ya recortadas del Gobierno Vasco, aunque esconde un muy buen papel del sector exterior

El Instituto Vasco de Estadística -el Eustat- ofreció este lunes lo que se conoce como el avance sobre el comportamiento del Producto Interior Bruto de Euskadi en el cuarto trimestre del pasado ejercicio y, por ende, en el conjunto de todo el año, el segundo de pandemia.

Según ese primer análisis, que será ampliado y detallado a comienzos de marzo, el PIB vasco creció un 5,5% en 2021. Un dato que aislado en el tiempo se podría calificar de magnífico pero que, en realidad, llega después de que el Covid destrozara todos los esquemas e hiciera caer un 9,9% interanual el valor global de los bienes y servicios producidos en la comunidad autónoma durante aquel 2020 para el olvido.

TASA VARIACION PIB

Los cuellos de botella en la cadena de suministro industrial en todo el mundo, la inflación, el encarecimiento de la energía, la falta de componentes y su impacto directo en multitud de sectores y, evidentemente, el propio Covid y sus derivadas en forma de restricciones y falta de confianza en el consumo, amén de nuevas restricciones a final de año, hicieron que el vigor mostrado por el PIB en el verano (en el segundo trimestre subió un 18,6%) perdiera pulso en el otoño y entrara en zona de alarma roja al inicio del verano. A eso se sumó que, a pesar de que la vacunación tomó una velocidad más que destacada, la alta contagiosidad de Ómicron ha supuesto un nuevojarro de agua fría en lo que se refiere al avance de la economía.

Señales positivas

Así las cosas, y aún cuando ese 5,5% interanual es inferior incluso a la previsión que manejaba hace apenas un mes el Gobierno Vasco para todo 2021 (5,6%) y que ya estaba recortada sobre los cálculos oficiales iniciales, el breve informe del Eustat esconde esconde algunos datos que permiten abonarse al menos a un moderado optimismo.

Y es que, de una parte, el organismo estadístico explica que los datos del cuatro trimestre no dejan de ser la muestra de una «progresiva recuperación» de la economía vasca, lo que tiene su importancia. Aunque la velocidad de la remontada global (un 1,2% en el cuarto trimestre sobre el tercer trimestre) no sea ni mucho menos la óptima, no es menos cierto que se trata del sexto trimestre consecutivo de avances. En tasa interanual, el crecimiento fue del 4,5%.

El Eustat destaca también que, por el lado de la oferta, fueron los sectores de la Industria, el Comercio y la Hostelería y el de Transporte los que tiraron del carro con más fuerza. Avances debidos, sin duda, a que, en contra de lo que sucedió en 2020, el mundo no se paró, aunque viviera medio atascado.

Economía abierta

Otro de los detalles importantes es que el organismo sentencia que «la aportación de la demanda exterior será positiva en el conjunto del año 2021».

Puede parecer baladí, pero nadie (tampoco el Gobierno Vasco, que contaba con un -0,1%) esperaba que el saldo exterior (el juego entre exportaciones e importaciones vascas) sumará al PIB de Euskadi y, sin embargo, parece que sí será así.

En una economía tan abierta e internacionalizada como la vasca, ese aporte del sector exterior es sin duda una muy buena noticia, casi un signo de normalidad, que no oculta sin embargo otra realidad: el menor empuje del consumo de los hogares. Según el Eustat, la inversión también ayudó lo suyo en 2021.

Si el PIB avanzó el año pasado sin terminar de ilusionar, el ámbito laboral sí que demostró un muy buen comportamiento el pasado año. Con una batería de medidas de apoyo ya en marcha y los ERTE y otros asideros de las empresas afianzados, la economía no dejó de mejorar.

Según el Eustat, y medido como puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, el empleo aumentó el año pasado un 5,2% respecto al ejercicio precedente.

Poniendo el foco solo en el cuarto trimestre, ese mismo empleo mejoró un 4,3% en relación al mismo trimestre del año anterior y un 0,8% sobre el periodo julio-septiembre.

 

«Cabe señalar -matizó el organismo- que el Sistema Europeo de Cuentas (SEC) excluye de la definición de puesto de trabajo a las personas que no trabajan temporalmente, pero que mantienen un vínculo formal con su puesto de trabajo con una garantía o un acuerdo sobre la fecha de reincorporación, como ocurre en el caso de los ERTE».

De cara a este recién estrenado 2022, la única certeza es la incertidumbre reinante. Una duda generalizada, sobre todo, respecto al comportamiento de una inflación que si hace unos meses se antojaba pasajera empieza a demostrarse más estructural de lo que conviene. El capítulo de inquietudes se completa, claro está, con la batalla entre Ómicron y las vacunas y el impacto real de los fondos europeos. El Gobierno Vasco calcula que el PIB de Euskadi crecerá un 6,7% y el empleo, un 3,4%.

 

fuente: diario vasco