El centro tecnológico AZTI ha realizado una encuesta con el fin de conocer la situación actual, las posibilidades y las perspectivas de futuro en cuanto a digitalización en el ámbito alimentario. El informe se ha presentado en el evento Basque Industry 4.0 The Meeting Point que tiene lugar en el BEC.
De acuerdo con la encuesta, el grado de madurez digital de las empresas alimentarias vascas se encuentra en situación de «principiante». El sector se posiciona en el nivel 2 (en una escala del 1 al 5), un resultado que está muy vinculado al tamaño de las empresas. «Cuanto más pequeñas son las compañías, menor implementación digital se observa, y también hay variaciones en función del sector. Son en su mayoría pymes con menos de 25 empleados que encuentran dificultades a la hora de enfrentarse a esta transformación, lo que hace que la industria alimentaria de Euskadi se sitúe a la cola en la asignatura de transformación digital. Las grandes empresas, sin embargo, sí que están empezando su camino hacia la industria inteligente», explica Idoia Olabarrieta, experta en cadena alimentaria 4.0 de AZTI.
Según concluye el estudio, el sector se encuentra muy segmentado y las causas de este resultado negativo son diversas. Por un lado, la falta de formación y conocimiento de las tecnologías dificulta su implementación; y, por otro, la casuística específica que presenta la industria también es un factor determinante, debido a que las materias primas y los productos perecederos están sujetos a una constante evolución.
Inveresiones
«Existe una gran falta de conocimiento en torno a este tema y las empresas creen que se precisan grandes inversiones para ello. Sin embargo, es importante que comprendan que el objetivo no es lograr el nivel de madurez más alto sino que, en función de la realidad de cada una, será necesario priorizar los diferentes aspectos de manera paulatina», agrega Olabarrieta.
El centro tecnológico ha desarrollado este informe a partir de más de 200 respuestas de empresas. El objetivo es elaborar un diagnóstico que sirva como punto de partida para explotar las posibilidades de esa dimensión digital en el sector y plantear así nuevas oportunidades tecnológicas o ideas para los próximos años que permitan mantener la competitividad y sostenibilidad del sector en el futuro.