Encuesta de bienestar personal- EBP


 La satisfacción global de la población vasca con su vida sigue aumentando en 2017 y se sitúa en 7,6.

Gráfico1: Valoración media de los indicadores de bienestar personal. 2014 y 2017Fuente: Eustat. Encuesta de bienestar personal-EBP

Todos los indicadores de bienestar personal, excepto el estado de ánimo, mejoran respecto a 2014

La población de la C.A. de Euskadi puntúa con un 7,6 su satisfacción con la vida en general en 2017 en una escala de cero a diez, según datos elaborados por Eustat. Esta puntuación ha mejorado en cinco décimas desde 2014, que obtuvo una nota de un 7,1.

Estos datos son facilitados en la Encuesta de Bienestar Personal que ofrece información detallada sobre la percepción del bienestar de la población, a través de una serie de preguntas que miden preferentemente aspectos de la calidad de vida diferentes de la dimensión material.

La mejor puntuación (8,4) se observa entre las personas que declaran pertenecer a una clase social alta o media-alta y la más baja (5,4) entre las que las que consideran que tienen mala salud.

Este indicador no sólo ofrece valoraciones más bajas a medida que empeora la salud o la clase social es inferior, sino que también lo hace con el aumento de la edad, pasando de 8,1 entre los jóvenes de 16 a 24 años a 7,2 entre las personas con 65 o más años. Por el contrario, las valoraciones aumentan con el nivel de instrucción.

En cuanto al tipo de familia, las mejores puntuaciones se dan en las parejas, tanto con hijos como sin hijos (7,8 y 7,6 respectivamente), frente a 7,2 en las familias unipersonales o padres/madres solos con algún hijo.

No se aprecian diferencias significativas entre mujeres y hombres, mientras que, a nivel territorial, los mejores resultados los obtienen las personas residentes en Gipuzkoa (7,7), frente a las residentes en Álava y Bizkaia (7,5 en ambos casos).

Respecto al lugar de nacimiento, los valores más bajos, por debajo de la media, se dan entre las personas nacidas en Bizkaia o en otras Comunidades Autónomas (7,5).

En cuanto a la relación con la actividad, el colectivo de las personas paradas muestra una de las puntuaciones más bajas (7,1).

El Valor de la vida recibe la nota más alta: un 8

La valoración de la vida propia, es decir, la consideración de que la vida de cada cual merece la pena, se puntúa en promedio con un 8, cuatro décimas más que en 2014 y es calificada de “alta” por el 68,3% de la población, frente al 3,1% que la considera “baja”.

Se aprecia una nota ligeramente mejor entre las mujeres (8,0) que entre los hombres (7,9), mientras que a nivel territorial son las personas residentes en Bizkaia (7,9) las que menos valoran su vida, teniendo en cuenta que apenas hay diferencias. Los residentes en Álava y Gipuzkoa califican su vida con un 8,0 en ambos casos.

En cuanto a la relación con la actividad, son las personas ocupadas quienes más la valoran (8,2), frente a las paradas e inactivas (7,8 en ambos casos).

Este indicador ofrece peores valoraciones a medida que aumenta la edad, empeora la salud o baja la clase social, mientras que mejora cuanto mayor es el nivel de instrucción.

Las Relaciones personales se sitúan como el segundo aspecto mejor valorado (7,6)

La valoración de las Relaciones personales aumenta a medida que lo hace el nivel de instrucción o sube la clase social. Alcanza su valor máximo (7,8) entre las personas que declaran buena salud y el mínimo (7,2) entre las que la consideran mala.

Las personas paradas (7,5) tienen peores relaciones personales que las ocupadas (7,7) o inactivas (7,6), mientras que no se observan diferencias significativas entre hombres y mujeres, ni por territorio de residencia.

En cuanto al lugar de nacimiento, la valoración más baja se da en el colectivo de personas nacidas en el extranjero (7,5).

La Satisfacción con la vivienda y el entorno es alta en prácticamente todos los colectivos

Para el indicador Satisfacción con la vivienda y el entorno (7,4), los mejores resultados se obtienen entre las personas que declaran pertenecer a una clase social alta o media-alta (7,9), seguidas por las que tienen una buena salud (7,6). Los hombres (7,5) están más satisfechos que las mujeres (7,3), así como las personas nacidas en Álava, Gipuzkoa o en otras Comunidades Autónomas españolas (7,4 en los tres casos), en comparación con las nacidas en Bizkaia o en el extranjero (7,3 en ambos casos).

Finalmente, el valor más bajo (6,7) se observa en el colectivo de las personas que declaran mala salud.

El Estado de ánimo depende directamente de la salud percibida

El indicador de Estado de ánimo, cuya media para el total de la población alcanza un 6,3 (dos décimas menos que en 2014), obtiene el valor más bajo entre las personas con salud mala (5,1) y el más alto entre las que declaran tenerla muy buena (6,6). El segundo valor más bajo se observa entre las personas que se consideran de clase social baja (5,9).

Este indicador también ofrece peores valoraciones a medida que empeora la salud, mientras que mejora cuanto más elevada es la clase social.

A nivel territorial, las personas residentes en Bizkaia (6,2) son las que tienen un estado de ánimo más bajo, frente a las residentes en Álava y Gipuzkoa, cuyas medias alcanzan 6,4 y 6,3 respectivamente. En cuanto al lugar de nacimiento, son las nacidas en el extranjero (6,0), las que se sienten menos animadas.

El indicador obtiene mejor nota entre los hombres (6,5) que entre las mujeres (6,1) y, por edades, las personas entre 35 y 49 años (6,2) se sienten peor que las menores de 34 (6,4) y que las mayores de 50 (6,3).

Las personas mayores son las más satisfechas con su tiempo de ocio

Frente a una media de Satisfacción con el tiempo de ocio de 6,7, las personas de 65 y más años presentan la mayor valoración (7,9), frente a las de 35 a 49 años (5,8). También califica con buena nota (7,6) el colectivo de las personas inactivas, al contrario de lo que ocurre entre las ocupadas (6,0).

Las mujeres (6,7) están ligeramente menos satisfechas que los hombres (6,8), así como las personas residentes en Álava (6,6), respecto a las que viven en Bizkaia (6,7) o Gipuzkoa (6,9).

En cuanto al tipo de familia, la peor puntuación (6,5) se da entre los padres o madres solos con algún hijo, frente a 7,3 de las parejas sin hijos.

Personas de clase social baja y parada son las menos satisfechas con la economía doméstica

El indicador Satisfacción con la economía doméstica (6,8) aumenta a medida que lo hace la clase social, variando desde el 5,3 entre las personas de clase baja al 7,8 de las personas de clase alta o media-alta.

Están más satisfechas las personas de Gipuzkoa (6,9), que las de Álava o Bizkaia (6,7 en ambos casos), y las nacidas en Gipuzkoa (7,0) en relación a las nacidas en Álava (6,8), Bizkaia (6,7) y, sobre todo, en el extranjero (6,5).

En cuanto a la edad, se observa que, curiosamente, el más satisfecho es el grupo de jóvenes de 16 a 24 años de edad (7,3) y, según el tipo de familia, lo son las parejas tanto si tienen hijos como si no (6,9 en ambos casos).

El valor del indicador aumenta a medida que lo hacen el nivel de instrucción y la salud percibida.

La Confianza en las personas está muy influida por la clase social y la salud

El indicador Confianza en las personas (6,5) alcanza su mayor puntuación (6,8) entre las personas que se consideran pertenecientes a una clase social alta o media-alta, mientras que la menor (5,8) se da entre las que declaran tener mala salud.

La confianza es “alta” para el 30,5% de la población, mientras que es “baja” para el 10,3%.

Las mujeres (6,5) confían un poco más que los hombres (6,4), así como las personas residentes en Gipuzkoa (6,5) lo hacen más que las de Álava y Bizkaia (6,4).

La Confianza en los poderes públicos obtiene el peor resultado (4,5), aunque mejora 1,1 puntos respecto a 2014

Sólo un 5,3% de la población confía “mucho” en los poderes públicos, frente al 48,6% que confía “poco”, siendo el único indicador con una media por debajo del aprobado.

En todos los grupos poblacionales los poderes públicos suspenden, excepto en el de las personas nacidas en el extranjero, que alcanza la mejor puntuación (5,4), y en el de las personas pertenecientes a una clase social alta o media-alta (5,0).

La confianza de las mujeres (4,6) es mayor que la de los hombres (4,3) y, en cuanto a la edad, el grupo de personas de 25 a 34 (4,2) es el más desconfiado en el sistema político, en el judicial y en la policía.

También en este indicador el valor aumenta a medida que lo hacen la clase social y la salud subjetiva.

 

FUENTE: Eustat. 13/04/2018. Recuperado de: http://es.eustat.eus 

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